Esta entrada tiene como fin agradecer de todo corazón la entrega, la elegancia, la humildad y la profesionalidad de mi compañera Manuela Caballero. El pasado fin de semana bailamos en una actuación privada en un pueblecito de Sevilla, con bastantes complicaciones, y a pesar de todo me sentí genial bailando con ella y eso se transmitió. Creo que lo más importante es el respeto por el trabajo propio y ajeno, la admiración hacia el compañero y las ganas de aprender y mejorar siempre. Ha sido un verdadero placer; espero que se repita más veces.
20 de julio de 2011
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