Bueno, ¡qué decir de mis niñas de Algeciras! Que las quiero muchísimo y echo de menos los buenos ratos que pasamos en la academia ensayando y los nervios de las actuaciones... ¡os quiero tanto!
Aunque comencé a los 4 añitos con los profesores Ana y Miguel (que me enseñaron el saber estar) y luego pasase por las profesoras Sonia y MªCarmen, llegué con 10 años, creo recordar, a la Escuela de Danza Rocío Soto. Allí aprendí de verdad lo que era bailar flamenco, sentirlo... Lo hicimos a base de bien, que si cajas de cerillas en las manos, cintas de casette en el cuello, libros en la cabeza, jajaja y el dichoso "ticoticotán", ¿os acordáis?
Aunque fueron duros esos años por las técnicas y el número de horas que nos pegábamos al día ensayando, hemos aprendido muchísimo. Creo que, a parte de haber aprendido a bailar flamenco, a disimular los fallos en el escenario y a sentir el baile en sí, hemos aprendido a respetarnos, a querernos y a unirnos, muchísimas gracias Rocíooooo.
Además de bailar flamenco (incluso supieron apreciar nuestro talento en la Asociación del Cante Grande), nos reímos mucho aprendiendo baile moderno y danza del "vientre" jeje. ¡Bueno! y se me olvidaba la jota, ajajajaj, qué graciosas estuvimos en el Tívoli.
Una de las cosas que nos ayudó mucho fueron las técnicas y nociones de ballet que nos enseñó Rocío, aunque nos quejásemos de esos y de los exámenes de baile (gracias de nuevo).
Y nada más, que os echo de menos y que ojalá volvamos a bailar todas juntas. ¡Un besito!
20 de noviembre de 2008
A mi grupo Albayzín, a mi profesora y amiga, Rocío Soto
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